martes, 16 de junio de 2015
EN MI CABEZA DE CIERTO
En mi cabeza de cierto,
tierra blanca de Erasmo y Moro,
tenía yo flores de palabras,
escritas en oro.
Llegó el cierzo
Puso la tierra negra y el abono de astillas;
Las incógnitas subió a bordo.
...Y por el costado,
un punto sin coma,
de hierro alado
me entró de lado a lado.
Lo llamabas "basta"
y se multiplicaba por matojos,
voceaba y arañaba.
En mi cabeza de cierto,
tierra blanca de Erasmo y Moro,
lucía yo, nada diestro,
flores de oro;
simiente y siniestro.
Me hieren jardineros de incógnito;
desconfía el monte del arado vecino al lado.
Se aplasta y avergüenza de su plata,
que pago yo.
Tierra de astillas;
de falsas harinas;
páginas novias,
detenidas en el blanco...
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