ME DESVIRGÓ UN RUSO
Hasta su nombre era altivo y masculino: Mijail Alexandrovich;
digno de un zar
Tenía yo 14 años. Su pluma me abrió en canal. Me transportó
directamente a un mundo de hombres orgullosos cuyos únicos y mayores bienes
eran el apego a la tierra, el honor, la espada, el valor y los valores humanos;
el amor y los caballos…
Un mundo de nieve esteparia. Mis recuerdos de todo lo que me
dio e hizo dentro de mí, son ya apenas discernibles.
Me has venido a la memoria porque te he encontrado en un
rincón casi abandonado y olvidado: El Presidente de la República. Sigues ahí.
Yo, era un niño en una biblioteca.
Já, já... lo que hay que decir y hacer para que me leáis
MIJAIL ALEXANDROVICH SHOLOJOV.
Tu “Don Apacible” hizo igual el mio. Tu estepa añil es la mía. La
memoria de la estirpe.
Gracias, Mijail. Por
hacerme lector.
Escritor, ya lo era antes. ¡De nacimiento!... ¡Y No miento!
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