Poema corregido a Olalba (Ilustrado)

Veinticinco

Anguleros de Telmo candil;

almas de esparto con la mar a hombros [1] ;

alquimistas del agua turbia [2];

peristas con ojos de abeja recolectora;
Carontes...  

Buscáis los mesías [3] bajo lunas de cristal.

Calláis y os encondéis,
en vez de cantar la luz de su advenimiento

Levantad al cielo esos deseos doblados

y tronad alabanzas,

que esta noche de furias,

una princesa desprendida de febrero

hará llover candeal [5] hasta más allá de junio y abril.

¡Blanca es la noche!

Cantad… Cantad!

Tu pelo es, de tí, un santo y seña.

De presa pirata, la bandera con gallardetes…

Tibias lavadas en peñascos de almendras,
son dos de tus ojos. Dulces lascivias…

Tienes el mar sembrado en la boca callada.

Hace crujir, en puerto, las cuadernas de cien calaveras [6].

Guardas de Antillas,

un trigo sagrado,

veneno moreno de poniente.

Fino es el mástil [7].

Cielos sin hielo atrae;
mastines de oriente,

mansos peluches…

En cubierta,

un pope griego mueve un sahumerio

llenando tus hemisferios de misterio.

Para navegarte, 
¿Qué brújulas servirán?
¿Qué sextantes guiaran a tus estrellas?

Extrañados,
suenan leves y rítmicos los truenos…

somníferos de sueños.

Hablan de una luciérnaga tras el vendaval.

Presagian…

Este mensaje sin botella,

la hará despertar;

nana de cariño contra el frío y el ruido
de la insoportable ausencia que ama el hastío.

Sobre la mar está lloviendo y sus olas se quejan;

querrían jugar con la nieve niña,

que les surfea.

Cada noche,

de este corazón lisiado pirata,

eres la bandera blanca;

la sábana druída mía.

La nuca, nunca huída [8]. 

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[1] Los anguleros solían llevar un saco de esparto a modo de capucha contra la lluvia y se apostan de noche -como fantasmas- en los recodos de los ríos con un candil que acercan al agua para atraerlas.

[2] Las angulas entran a las rías en las noches de gran temporal

[3] Las blancas angulas neonatas

[5] La clase de trigo más apreciada

[6] Homofonía con Carabelas

[7] La nariz

[8] Como una compañera conciencia; siempre a mi lado y conmigo