viernes, 13 de febrero de 2015

Versos Bobos. El Espiritu de Dante



AVISO. Lo que me desconcierta de algunos de mis intentos "poéticos" (por llamarlos grandilocuentemente) es que no tienen sentido... O que los tienen todos... Los escribo pensando una cosa, y de seguido, los traiciono con voces que acuden a mi mente y suenan mejor pero significan lo contrario. Sacrifico la idea originaria. Por introducir la palabra bonita, hago cambios que modifican el sentido completo inicial.

¿Qué sentido tiene? Soy un hacedor de cáscaras. Una vez más, mi indisciplina y pereza estropeándolo todo.

Escribo como los bobos: ¡Por escribir!  No se me puede hacer caso. Algo de eso tiene este Poema, que ni recuerdo exactamente dónde y cuando lo escribí semanas atrás, ni que significaba. Creo que nevaba.

Hoy lo he mezclado todo contigo. Perdón... ¡Es que ha quedado bonito!... Por eso no me he resistido.

                                      LA MUSA, DELANTE... Y YA VES MI DESASTRE. 
¿Me perdonas?. ¡Seguro que sí!... 


Agradecido, en San Valentín, son para tí 
estos versos bobos y "malos" 
pero "buenos" y sentidos... 
de un Job Tonto, más que Bueno... 
¡con el Espíritu galante y niño de Dante!






Nadie ha desnudado su corazón como lo hizo Dante Alighieri. 
¡NADIE!

Obligó al mundo a reconocer que no tenía derecho a burlarse de él; 
amara como amara.

ESA FUE SU GRANDEZA 
LO QUE LE HACE ÚNICO E INMORTAL. 
( EN MI OPINIÓN,  MÁS QUE "LA DIVINA COMEDIA" )

Leer sus declaraciones de amor; su turbación y humildad delante de tales fuerzas. 
Sus intentos de explicarlo racionalmente...
¡ES IMPRESCINDIBLE!

Esta es la obra donde lo cuenta

...Si Lope se zafó hábilmente diciendo aquello de "quién lo probó lo sabe" 
o  Quevedo con su delicado "polvo enamorado"...
 ...Si miles de poetas lo han cantado líricamente; tantos y tantos...
(En nuestra cultura: Bécquer, Salinas, Juan Ramón... )
Dante, sencillamente, reconoció quedarse BOBO y PASMADO 
delante de BEATRIZ, 
Gran Valor, el suyo.

VERSOS BOBOS
- El espíritu de Dante -

Princesa valiente de cristal,
entregaste el cobalto al mar, 
a cambio de tranquilidad;
lo quieres recuperar.

Princesa mansa de piedad
repartes calma en medio de la irresponsabilidad 
a los apuntillados brezos;
girasoles desconsolados; 
helados caballeros holandeses con gabardina.

Callas y te dejas sembrar 
por granizos violentos,
hijos perdidos o pródigos -¿quién sabe?-
de  la tempestad.

Quiere espíritu la tierra yerma de Job, 
y lo sabes guardar.

Princesa de coral,
te sientes estrella;
Agua, Gas... errante Cristal.
La Via Láctea sin acabar de terminar;
acicalándose antes de despertar.

Algunas noches,
subes como maná a la superficie del mar
rondada por galaxias de libertad.

Cuerpo de plumas de leche, 
esperas y acechas el aire danzante de Dante; 
el ave magistral que las eleve.

Gioconda letrada sin padre arrebol, 
en el mirador fulgurante 
de tres feroces ojos: músico, poeta y pintor.

Tu anillo es un reloj níveo,
que has parado en la infinita primera hora.
Y tus ojos, dudosos perennes, 
aun lavados, buscan en las mieses, 
confirmación celosa de la claridad sedosa.

El cristal no sabe que todo es cristal.
Quiere la seguridad de la rusticidad del cuarzo, 
el alabastro o los navegantes astros.

Esponja de mar, Beatrice,
ningún sol te secará jamás.
Ese es tu desasosiego; tu lucero...
jauría de canes en busca de pan;
tu galante pan candeal
el dedal de Dante.

Princesa de Cristal.
Insensata.
Bebes luciérnagas;
lavas tus ojos, en alcohol de quemar.

Por no porfiar de esa condena,
mereces brava una mar,
que llamarás Alighieri.
Un Dante can
que siempre te acompañará
y cantará.





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