martes, 23 de diciembre de 2014

IN MEMORIAN Jose Ignacio Ruiz Olabuenaga EL DAVID SOCIOLOGICO

EL DAVID SOCIOLÓGICO
José Ignacio Ruíz Olabuénaga -

Por segunda vez,
muchos años después
ví al rey David,
entrar en su clase de universidad.

El mismo efecto:
Las lupas de ver delante de él.
…y aun antes de los cristales,
adelantándole,
las ganas de iluminar.
Moisés con nuevas tablas de la ley.
…y  antes que los zapatos,
sus científicos pasos deseando llegar.

Una energía de explorador.
Una convicción de libertador.
Una misión.
Galeno en las entrañas de la suciedad.[1]
Platón en Siracusa.
Estrenando Sociedad, Facultades y Libertades a golpes de razón;
desalojando viejos dictados y al dictador;
que para aprender democracia,
tres veces, le llamó.

Maneras y oficio de Sherlock Holmes;
paraguas de gentleman.
Corbatas de China o cachemir;
singulares como él.
Una curiosidad de vivo;
de saberse Rey con Ley… y  Grey.

Envuelto vino el vasco vino.
Casi corriendo.
El impermeable, de impecable gris.
La cabeza con mucho gris;
los ojos explotando color. Riendo.
Un maletilla con el maletín repleto de flautas de Hamelín.

El cualitativo profesor:
Her Doctor, José Ignacio Ruíz Olabuénaga.
A little great man.
Un Señor Sociólogo.
Entre aleman y american self made man
La sociología hecha verbo.

Un ratoncillo  revolviendo el cubo de la basura;
olisqueando certidumbres del futuro.
Un gato sin cascabel
merodeando por el jardín.
Un adolescente irreverente.
Un cura con curas.

La primera vez que lo ví,
lo sentí un vaso grande y lleno
Un aire de nómada aquel donaire.
De Mago Prestidigitador.
Un vendedor de elixires.
A la vez, agua, árbol, pastor y jardinero.
Un robleolivo de Orduña
en nuestra aula plantado.
Vides, en sus hombros de gigante.
Nos emborrachó de nova ciencia.

A su alrededor oracular siempre las musas.
Muchas musas.
Rosas de Delfos…
Joana y María, el sol protector.
Evas y Adanes, como yo.

Sus  palabras,
americanos y asiáticos frutos y especias,
robaban nuestro espíritu
a lo Arsenio Lupín.
Con guante blanco.
Nos entregamos a él.

-“Es curioso esto que pasa”, 
le comenté una vez.
- “Explícalo y serás Sociólogo.
No pierdas los ojos de niño”.

Me pareció quedar investido de Caballero.
Escuchar a Kipling diciéndome:
“Y serás hombre hijo mío”


Enhorabuena, Maestro.
¡Por tu buena onda
de David entre tanto Goliath.

Por ayudarnos a cruzar
el Hades Sociológicus,
sin cobrar moneda de plata;
con lógica, corazón y gracia.
Por las hadas.
Por tus ojos miopesde halcón
¡Quién los tuviera!

Eskerrik asko.
Musas Gracias.


( LEíDO EN SU HOMENAJE DE HACE UN AÑO ). 

Fallecido hace unos días. 85 años. No era mi referente intelectual pero yo lo respetaba porque era indagador, pionero, entusiasta, didáctico y muy creativo... 

...Y porque tuvo la valentía de creer en mí: un renegado rebelde desheredado de la Sociología amaestrada por el poder y la iglesia que padecemos; cada vez más, para desesperación mía... ¡ y suya ! 


Para mi, más que suficiente. 



Buen viaje, Maestro. 




[1] La Sociedad

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